Por primera vez, Bárbara Sepúlveda, una de sus fundadoras, dice que el grupo se quebró por diferencias personales y apunta a la ecuatoriana Gabriela Villalba como responsable. "Veo un poco imposible que volvamos", asegura. En un principio hubo justificaciones protocolares, explicaciones que apuntaban al tradicional "fin de una etapa" de todo conjunto adolescente y hasta promesas de que el proyecto retornaría tras dos años. Pero el receso de Kudai esconde una trastienda algo distinta. Por primera vez desde que en 2009 sus miembros reconocieron que paraban luego de una década, una de sus integrantes y fundadoras, la cantante Bárbara Sepúlveda (segunda desde la derecha), se refiere a las razones que detonaron el quiebre: los roces insalvables al interior de la banda.
En términos claros, la artista habla de separación definitiva. "Estábamos todos chatos y había muchas diferencias entre nosotros. Para mí lo decisivo fue que no me llevaba bien con la Gaby, me hartó demasiado", revela la joven de 20 años en torno a la otra voz femenina del grupo, la ecuatoriana Gabriela Villalba.Sepúlveda está en Chile desde diciembre y volvió a residir en el país sólo con uno de sus ex compañeros, Tomás Cañas. La otra mitad, Villalba y Pablo Holman, se quedó en México -país donde todos vivían desde 2007-, depurando proyectos solistas y bajo el manejo del mánager de Kudai, Pablo Vega.
Aunque el cuarteto tenía planeado un tour continental de despedida para 2010, todo se canceló debido a las discrepancias que había entre sus miembros. Finalmente, una de las agrupaciones chilenas más exitosas de la década pasada oficializó su receso el 25 de marzo, en un comunicado que envió su oficina de prensa a sus fans."Pero yo no sé ni de Gaby ni de Pablo desde diciembre. Nunca más hablé con ellos", reconoce Sepúlveda. Luego sigue: "Con la Gaby nunca nos llevamos bien, porque tiene valores muy distintos a los que mis papás me enseñaron. Había muchas cosas que ni siquiera podíamos hablar, porque era muy distinta a nosotros, un poco egocéntrica y no respetaba los espacios en común. Aprendí a desarrollar mi paciencia. Para mí eso fue lo esencial para terminar con el grupo. Tomás también estaba chato y extrañaba a su familia, así que todo esto partió porque los dos les comunicamos a nuestros compañeros que no queríamos seguir".
¿Y cómo reaccionó el resto? Sepúlveda -que hoy cursa un preuniversitario- dice: "Nos reunimos, les dijimos que no queríamos seguir y lo encontraron apresurado, pero yo me daba cuenta que ya no había por donde. Así que allá quedaron los dos a los que les gustaba más el espectáculo". Hoy tanto ella como Cañas están tramitando a través de un abogado la liberación del contrato que los sigue ligando al grupo. Según la artista, el documento estipulaba dos nuevos álbumes. La representante de Cañas en Chile dice que el cantante -que hoy toma clases particulares de música- esperará la resolución legal para entregar su versión.
Por su parte, el mánager Pablo Vega tampoco quiere polemizar y, desde México, sólo envía el comunicado que hace un mes anunció la pausa de sus ex dirigidos. "La gira de despedida de este año no se realizará porque las condiciones humanas y técnicas del staff de Kudai no son las mejores, dados los últimos acontecimientos", dice el texto. Luego remata: "Volveremos dentro de unos años con un Kudai renovado". Una opción a la que Sepúlveda le cierra la puerta: "Lo veo un poco imposible... lo pensaría dos veces". Finalmente, EMI editará el 5 de mayo el primer grandes éxitos del grupo.
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